El grupo boliviano,los Kjarkas, cumplió 40 años de actividad musical el pasado 23 de junio y reunió el pasado viernes en Quito a todos a los integrantes y ex miembros del conjunto, entre ellos el alcalde de Cochabamba, Edwin Castellanos y Fernando Torrico.
Se conoce que Castellanos solicitó licencia temporal sin goce de haberes, informó el Gobierno Municipal.
El portal informativo el comercio.com informó de la activida hoy en su sección de entrtenimiento.
Agradecidos con el público ecuatoriano. Así se fueron Los Kjarkas y Chila Jatun, después de ofrecer un concierto en el coliseo General Rumiñahui, la noche del viernes.
El primer grupo fue el protagonista de la velada y llegó a Quito para festejar con sus fans sus cuatro décadas de trayectoria.
Los músicos saludaron con el público después de escuchar la intervención del artista ecuatoriano David Chumaña, que participó como invitado.
En ese escenario, el talento nacional interpretó todos sus éxitos y su último tema fue Tu recuerdo en un cigarrillo, la canción puso a gritar al público.
Después de activar la euforia en los asistentes, hombres y mujeres, Chumaña se despidió con su guitarra en mano y enseguida dio paso a la presentación de los músicos bolivianos, que arribaron a Quito el pasado martes.
Con un “!Buenas noches Quitoooo!, Los Kjarkas dieron inicio a su show. La primera canción la entonaron junto al grupo, también boliviano, Chila Jatun, conformado por sus descendientes.
Esa escena fue una de las más emotivas de la noche, que se inició puntual, a las 20:00, tal como se anunció.
A lo largo de sus interpretaciones, Los Kjarkas agradecieron al público por su fidelidad y por el apoyo constante a su carrera.
Ese fue uno de los motivos para que el grupo boliviano de música folclórica incluyeran al país en su gira por América del Sur para celebrar su trayectoria.
Para conmemorar el aniversario, los asistentes arribaron al coliseo con sus mejores galas, que en su mayoría eran de color negro. Mientras que en el escenario, Chila Jatun no desentonó con la noche y además presentó a su propio equipo de danza.
Cerca de 12 bailarines deleitaron al público con coreografías dinámicas, llenas de movimiento y color. Los trajes fueron diseñados con tonos rojo, amarillo y verde, de la bandera de Bolivia.
Los pasos de los danzantes fueron imitados por quienes estuvieron en primera fila. Aquello fue aplaudido por los jóvenes músicos que ahora caminan sobre las huellas de sus familiares, pero con su propio estilo.
Los Kjarkas, en cambio, enloquecieron al público con Saya negra. Cuando sonó esa canción el graderío dejó de lado el romanticismo que les causó El árbol de mi destino y Picaflor.
Después del show en Quito, Los Kjarkas se alistan para cantar en Cayambe, Ibarra y Tulcán. El grupo permanecerá en el país hasta fines de ese mes.
Fuente: Opinión

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