JACH’A TANTACHAWITA – PACHAKUTIRU
A principios del siglo XX, las comunidades aymaras vivían en una situación de explotación, servidumbre y esclavitud en las haciendas, se sufría la usurpación y el despojo de las tierras comunales, ante estas injusticias se organiza un movimiento reivindicativo bajo el liderazgo de Pablo Zárate Willka, quien es traicionado y encarcelado junto a sus compañeros de lucha por José Manuel Pando.
La novela se inicia con el traslado de la ciudad de Oruro hacia La Paz de Pablo Zárate Willka y sus compañeros de lucha, en una parte del trayecto, todos son asesinados, esta escena es contemplada por una abuelita que pasteaba sus ovejitas y el hermano Cóndor, los dos lloran amargamente y exclaman ¡Abuelos Ancestrales!, ¿Por qué se han olvidado de nuestro pueblo?, acaso no nos ven llorar y sufrir, ¿Por qué permiten estas injusticias?.
El hermano Cóndor emprende la búsqueda de los abuelos ancestrales, por fin se encuentra con Wayratata, quien le promete ayudarle, para esto Wayratata convoca a una primera reunión en la cima del Illimani, donde se reúnen los Apu Achachilas (abuelos ancestrales) y el Padre Sol; en esa reunión se determina que todos los Apu Achachilas, buscarán en todo el altiplano a hombres de gran corazón, que quieran a su pueblo; todos los elegido serán convocados a una gran reunión que se llevará al año siguiente.
El 20 de junio de 1902, todos los elegidos entre los cuales se encuentran: Avelino Siñani, Eduardo Leandro Nina Qhispi, Marcelino Llanki y muchos hermanos más, los abuelos ancestrales Nina Achachila, Pachamama, Qutamama, Wayratata, Tata Illapa junto al Tata Inti y la Mama Phaxsi , se reúnen en el Jach’a Tantachawi; en la cima de la montaña Kimsa Chata, en esa reunión el Tata Inti señala que nació en este pueblo, que es su pueblo amado, y que esa noche se iniciaría una nueva etapa de cambio mediante la educación, posteriormente les muestra una visión del futuro en la fogata de la gran reunión , en esa visión se ve la posesión de Evo Morales, les dice un día esta visión se hará realidad, para esto se tenía que trabajar con mucho empeño, luego a cada uno de los elegidos, les da una misión para su vida y les entrega “llijkiri jathanaka” (semillas resplandecientes) a cada uno, para que cuando inicien su obra educativa, coloquen estas semillas en los cimientos de las escuelas.
Con el transcurso del tiempo estas semillas dieron sus frutos, las escuelitas se multiplicaron por todo el altiplano, para beneficio del pueblo Aimara.
Después de 104 años de la gran reunión, se vuelven a reunir, los espíritus de los elegidos, los abuelos ancestrales; en la cima del Kimsa Chata, todos ellos observan la posesión del primer presidente indio; Evo Morales el año 2006, todos se alegran y bailan en la cima del Kimsa Chata.
Desde el cielo el Tata Inti y la Mama Phaxsi observan emocionados, una lágrima cae por sus mejillas y dicen: mi pueblo querido por fin encontró su camino.
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