Tras una reunión acalorada entre dirigentes de instituciones y organizaciones sociales que integran el Comité Interinstitucional de Yapacaní, optaron por radicalizar las medidas de presión, continuar y masificar el bloqueo de la carretera interdepartamental de manera indefinida sin ningún cuarto intermedio, hasta que el alcalde municipal David Carvajal renuncie a su cargo.
La reunión se realizó ayer a las 17:00 en la sede de la Federación de Colonizadores, donde rechazaron un pedido del ministro de la Presidencia, Carlos Romero, para que los dirigentes movilizados de Yapacaní viajen a la ciudad de La Paz para entablar negociaciones. Pidieron que el diálogo sea en Yapacaní y no en otro lugar. Tras finalizar el encuentro de dirigentes, decidieron masificar y mantener el bloqueo de la carretera y no descartan radicalizar sus medidas en las próximas horas, con toma de pozos petroleros, entre otras.
“Se ha decidido declarar a Carvajal persona no grata por provocar al pueblo y por sus permanentes mentiras y chantajes políticos contra nuestras instituciones. Ya no queremos referéndum revocatorio como quiere el alcalde”, informó Cirilo Sonabi, presidente del Comité Interinstitucional.


Como otra medida de presión en la búsqueda de destitución del alcalde, la dirigencia local decidió abrir varios libros notariados para llenar firmas exigiendo su renuncia.
Un cuarto intermedio de dos horas en el bloqueo de Yapacaní mitigó el sufrimiento a cientos de pasajeros y de choferes de transporte de carga que rogaban al cielo un poco de compasión, tras permanecer retenidos, en contra de su voluntad, en la carretera Santa Cruz-Cochabamba. La vía troncal está tomada desde hace seis días por un grupo de personas que exige la renuncia del alcalde David Carvajal, del MAS.


Los manifestantes liberaron el tráfico a la altura del puente de río Hondo, entre las 14:10 y las 16:20. Ni bien fue conocida la noticia, comenzaron los bocinazos de los camiones y el encendido de motores. Choferes y pasajeros que estaban sentados al borde del camino corrieron a sus vehículos para aprovechar la oportunidad de proseguir viaje a destino.
Sin embargo, pasadas las dos horas, volvieron a cortar la ruta, pues así lo decidieron hasta que no se encuentre una solución a la demanda de renuncia o destitución del alcalde Carvajal. Un grupo de choferes no consiguió avanzar, debido a la larga fila de vehículos que se extendía por más de 15 kilómetros.
Lograr el cuarto intermedio no fue fácil para los dirigentes del comité de bloqueo y del Comité Interinstitucional; la desconfianza se debe a que el miércoles la Policía intentó retirar a los manifestantes por la fuerza. Sin embargo, el repliegue de los policías que estaban acantonados en la población de Santa Fe hacia la ciudad de Santa Cruz fue visto como un gesto de buena voluntad.
Los manifestantes acordaron mantener el bloqueo hasta el martes, cuando el Concejo Municipal se reúna para debatir la propuesta de elegir a un alcalde interino.

EN LA JORNADA

- Ganadero. Hugo Rodríguez, que transportaba 44 vacas al matadero de Cochabamba, suministró agua a varios de sus animales que estaban agonizando por la sed. El camión que los transportaba estuvo varado durante dos días.

- Producto. Mario Contreras, que compra queso en Charagua, se lamentaba porque más de 3.500 kilos del producto corrían el riesgo de malograrse durante la larga espera en la carretera Santa Cruz-Cochabamba. Según él, la inversión superaba los Bs 130.000.

- Delincuencia. Además de soportar el bloqueo, algunos transportistas denunciaron que algunas personas robaron los productos, como bombones y dulces, que llevaban en los camiones. También sustrajeron las placas de los vehículos. Lo atribuyen a los ‘chuteros’.

- Perjuicio. Hilarión Olivera se quejó porque el bloqueo de la carretera impide que desde Santa Cruz se transporte alrededor de 600 cabezas de ganado a Cochabamba. Ayer, en su camión había 45 animales que iban con destino al mercado de la Llajta.

Gotas de sangre para pirañas
Juan Carlos Salinas / Periodista
Un llamado desesperado, seguro que hubo varios similares, hizo que me aliste a las 5:00 de ayer y que inicie viaje hacia Yapacaní.
Llegué a la exterminal y justo partía un ‘surubí’ hacia la zona en conflicto. “Vamos a Yapacaní, hasta el bloqueo”, aseguró el chofer.
A eso de las 8:00, el chofer del surubí dijo basta y ya no pudo avanzar, pues los camiones varados como ballenas obstruían el paso. Apenas habíamos pasado San Juan y para llegar a mi destino había que caminar varios kilómetros.
De malhumor salté del vehículo y empezó la pelea por agarrar una moto; luego de varios intentos fallidos, un mototaxista paró, me miró y me dijo: “le va a costar caro”.
En el trayecto tuve que sortear cinco puestos de peaje, donde distintos grupos no dejaban pasar sino se les pagaba Bs 5. “Es por el uso del camino de tierra”, justificó uno, mientras levantaba su machete.
Durante el recorrido de casi dos horas, varias mujeres con sus hijos hacían peripecias en las pequeñas motos para llegar a Santa Cruz, mientras que un grupo de ganaderos, desesperados, daban de beber algunas gotas de agua a sus reses, que lentamente se desplomaban por el intenso calor.
Llegué a mi objetivo y tuve que volver a pelear para conseguir otra moto, pues ya no retornaba solo a la ciudad. La negociación con los mototaxistas fue dura. Como la mirada de los bloqueadores. Cientos de pasajeros estaban en mi situación. Desesperados como pirañas por unas gotas de sangre se abalanzaban sobre todo aquel que les garantizaba salir de ese horno en el que se queman desde hace cinco días.
Fuente: El Deber

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