El Gobierno de la República Popular Democrática de Corea del Norte organizó este miércoles unos funerales grandiosos para Kim Jong-il, concebidos para ser una demostración de lealtad al régimen y al hijo y heredero del desaparecido líder, Kim Jung-un, asentado ya en el poder.
La televisión oficial norcoreana mostró durante tres horas los desfiles y a decenas de miles de civiles y militares llorando en las calles al líder muerto, bajo una persistente nevasca.
Las imágenes mostraban una limusina negra con un retrato gigante del que fue hombre fuerte del régimen, pasando entre decenas de miles de militares que se inclinaban con respeto.
Le seguía otro coche oficial con un gran ramo de flores blancas, y un automóvil transportando un féretro negro recubierto con una bandera roja.
A la derecha del coche que transportaba el féretro caminaba Kim Jong-un, el hijo y sucesor de Kim Jong-il al frente del país. Detrás del joven heredero caminaba, vestido de civil, Jang Song-thaek, tío político de Kim Jong-un y posible futuro "regente" del país.
El vehículo iba escoltado a su izquierda por varios dignatarios de las fuerzas armadas.
La guardia de honor fue pasada en revista por un oficial de sable en mano mientras una orquesta tocaba el himno nacional. En otra parte del desfile, un pelotón de soldados hizo 21 disparos de fusil en homenaje al ex líder.
"Es la mayor pérdida para nuestro partido y para la nación", comentó un presentador de la televisión norcoreana, con la voz embargada.
Según la agencia oficial KCNA, numerosos civiles y militares invadieron las calles de la capital y otras ciudades del país para despejar la nieve que caía de forma abundante desde la noche anterior.
Los expertos esperaban una demostración bien orquestada de lealtad al régimen, inspirada en las exequias en 1994 para Kim Il-sung, padre de Kim Jong-il y considerado el fundador de Corea del Norte Pyongyang ordenó que los norcoreanos que trabajan en el extranjero con autorización especial regresen este martes a Corea del Norte para el funeral del dirigente Kim Jong-il, según la prensa de Seúl, que destacaba también que camiones cargados de flores cruzaron la frontera chino-norcoreana.
"El pueblo dice adiós a nuestro padre y general con una tristeza infinita", escribía en primera plana el Rodong Sinmun, principal diario norcoreano.
La ceremonia buscará también reforzar la legitimidad del hijo mayor de Kim Jong-il. Designado sucesor desde el anuncio de la muerte de su padre, el 19 de diciembre, Kim Jong-un fue denominado la mañana del miércoles "líder supremo del partido, del Estado y del Ejército" por la agencia oficial KCNA, aunque oficialmente al día de hoy no ostenta dichas funciones.
Este hombre menor de 30 años y sin experiencia política conocida, es desde hace nueve días el centro de las escenas de aflicción mostradas por la televisión estatal en el mausoleo Kumsusan de Pyongyang, donde el cuerpo del hombre fuerte del régimen fue expuesto en un féretro de cristal.
Escrutando los lugares reservados a los diferentes responsables durante las ceremonias, los especialistas de Corea del Norte esperan entender mejor qué dirigentes pueden dirigir el país junto al joven sucesor.
De acuerdo con Yang Moo-jin, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad de Seúl, los funcionarios vistos alrededor del ataúd durante el desfile representan el Partido de los Trabajadores, el ejército y la administración pública.
"Ellos han jugado un papel fundamental bajo Kim Jong-il y deberán ser los pilares del régimen de Kim Jong-un", dijo.
Kim Jong-un hereda un país con la economía por los suelos, incapaz de alimentar correctamente a su población y con una cruel dependencia de ayuda exterior.
Gobernado por Kim Jong-il según la doctrina del "songun" ("primero el ejército"), el país dispone de unas fuerzas armadas compuestas por 1,2 millones de hombres, numerosos aviones, misiles, cañones y buques de guerra, además de la bomba atómica.
Kim Jong-il gobernaba con puño de hierro desde 1994, cuando falleció su padre Kim Il-sung.
Haciendo suyos los instrumentos de propaganda paternos e internando en campos a decenas de miles de opositores reales o supuestos, logró mantener un régimen que algunos pensaron que se hundiría tras la caída de la Unión Soviética y su sosten esencial.
Pero terribles hambrunas mataron a cientos de miles de norcoreanos en los años noventa y el país, objeto de sanciones internacionales, sigue necesitando ayuda en forma de alimentos y energía.
La personalidad e intenciones del inexperto Kim Jong-un son un misterio pero los analistas esperan una forma de regencia en la que el tío político del nuevo número uno oficial, Jang Song-thaek, podría tener un papel destacado.
La muerte de Kim Jong-il hizo multiplicarse las consultas entre los países de la región para entender mejor la coyuntura para Corea del Norte y evitar una deterioración de las relaciones con Corea del Sur que pueda conducir a un conflicto armado.
AFP
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