Han pasado siete años desde que el Gobierno nacional (22 de abril de 2005) promulgó la ley 3029 del convenio marco del control del tabaco y su reglamentación; sin embargo, los avances son escasos a la hora de su aplicación y sanción.
Patricia Tapia, responsable del programa Salud Mental del Servicio Departamental de Salud (Sedes), reconoce que se han logrado algunas metas, aunque no sean notorias. A manera de ejemplo cita que todos los productos elaborados a base de tabaco incluyen mensajes de advertencias sanitarias para el consumidor. Asimismo, se ha conseguido disminuir el consumo de tabaco en terminales aeroportuarias y de buses, además del transporte público y la exposición de gigantografía y vallas publicitarias que promocionan el consumo de cigarro.
Sin embargo, Tapia admite que falta mucho por trabajar, especialmente en las universidades, pues pese a la normativa se observa a docentes y estudiantes fumando en ambientes universitarios y en los bares.
Otro sector que todavía no ha tomado conciencia es el de los que atienden puestos de venta de pastillas y dulces que continúan vendiendo cigarrillo al raleo, situación que no está permitida. En este último punto la fiscalización le compete al gobierno municipal.
Gregorio Pinto, responsable de Defensa al Consumidor de la Alcaldía, indicó que en la reunión que sostendrá hoy en el Sedes informará sobre lo que se ha venido haciendo al respecto, pues lleva solo dos meses en el cargo.
En las estadísticas difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el control del tabaco en el continente, Bolivia se ubica entre los países con nivel regular, es decir, no tiene las tasas de prevalencia más bajas pero tampoco las más altas. Los hombres adultos siguen siendo los mayores consumidores, con el 34%, mientras que las mujeres que fuman alcanza al 29%. En cuanto a la población joven, el informe indica un 24,7% varones y un 16,6% mujeres, en el país.
“Si bien los hombres fuman más, en el caso de las mujeres se ha visto un incremento y en la población joven, sobre todo entre 13 y 15 años; eso nos muestra que tenemos que trabajar en la prevención”, sostuvo Tapia.
Respecto a los ambientes libres de humo de tabaco, sobre todo laborales, sean estos públicos o privados, Tapia explica que el tema no tiene que ver con aspectos punitivos. Según la ley, si un empleado fuma dentro de un ambiente laboral, debe ser sancionado por su inmediato superior o por la oficina de recursos humanos, ya que la ley prevé sanciones.
Para la responsable de salud mental, la debilidad para no lograr un mayor avance ha sido la falta de alianzas estratégicas de modo que se puedan extender las acciones a otras instituciones. A ello se suma la falta de recursos económicos para poner en marcha campañas y programas de prevención.
Por otro lado, los fumadores pasivos, que se estima entre un 20 y un 30%, deben apoderarse del derecho a exigir que no se fume en ambientes no permitidos.
Hoy, a propósito de conmemorar el Día mundial sin Tabaco, el Sedes ha invitado a varias instituciones para llevar adelante la conformación de un comité interinstitucional que permita trabajar y avanzar de manera conjunta en la aplicación de la ley 3029.
“El mensaje no es en contra de las personas que fuman, sino a favor de ambientes saludables y evitar enfermedades provocadas por el consumo del cigarrillo”, manifestó Tapia.
Para saber
- Precio e impuestos. Canadá, con el 65% y Barbados, con el 49%, figuran entre los países que aplican un impuesto alto al comercio del cigarrillo. Esta es una de las estrategias que ha dado mejor resultado a la hora de disminuir el consumo de tabaco.
- Ambientes libres de humo. Bolivia se ubica entre los países regulares. Registra entre seis y siete tipos de lugares públicos y de trabajo cerrados totalmente al consumo del cigarrillo. Los bares y el transporte público siguen siendo los sitios donde aún se consume tabaco, pese a estar restringido.
- Advertencias sanitarias. En este aspecto es donde mejor se ubica el país. Está referido, entre otros, a la obligatoriedad de insertar advertencias específicas, aprobación de las mismas, su aparición dentro y fuera de los paquetes de cigarrillos.
- Prohibición de la publicidad. En televisión y radio nacionales sí se cumple y en vallas publicitarias y anuncios al aire libre, pero en estos mismos medios, pero internacionales no; tampoco se cumple en revistas y periódicos locales e internacionales, y en puntos de venta.
- Cesación. En Bolivia hay programas para dejar el consumo del tabaco, pero no son gratuitos.
Una de cada 10 mujeres fuma
El 91% de las bolivianas no fuma y solo el restante 9% de las mujeres declaró ser fumadora. Esos datos corresponden a una encuesta realizada por la consultora Captura Consulting , por encargo de la empresa Yanbal, a propósito del Día Mundial sin Tabaco. Para tal efecto fueron entrevistadas 500 mujeres de 18 a 65 años, en febrero, de niveles económico medio y bajo de las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Cochabamba y El Alto.
Del grupo de mujeres que se declara fumadora, el 15% corresponde a La Paz. En cuanto al rango etario, el mayor consumo se presenta entre los 18 y 25 años de edad, con un 13%.
Según la encuesta, en promedio, las bolivianas comienzan a fumar a partir de los 18 años. En el caso de las cruceñas, el 31% declaró haber comenzado a fumar antes de los 15, mientras que el 16% de las paceñas aseguró haberlo hecho después de los 25 años.
Con respecto a las motivaciones, el 81% de las bolivianas afirma que los amigos influyen más en el inicio del consumo del cigarrillo. Este pensamiento se acentúa en mujeres entre 25 y 40 años, porque nueve de cada 10 de esa edad sostienen que el círculo de amigos es muy importante en el consumo de tabaco.
Otros aspectos que pueden incitar el consumo de tabaco son: la imitación (9%), la familia (6%) y el cine, la televisión y la publicidad (2%). Sin embargo, estos ejercen muy poca influencia en las mujeres que deciden fumar.
En porcentaje
29 y 34
Adultos
El primero corresponde al porcentaje de mujeres que fuma en Bolivia y el segundo, a los hombres.
17 y 25
Jóvenes
Estos porcentajes corresponden a la población joven de mujeres y de varones que fuman, respectivamente.
41%
Impuesto
Bolivia aplica este porcentaje al precio del paquete de 20 cigarrillos; es uno de los más bajos.
El Deber
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