Vivir en un país de 187 años de vida independiente

Los bolivianos festejamos el Día de la Patria, acongojados por los problemas y vicisitudes, pero firmes y esperanzados en que podemos encontrar el camino de una unión fortalecida por objetivos y anhelos comunes. Ahora más que nunca tiene que unir a los bolivianos la sangre derramada por los padres de la patria para hacer de Bolivia una nación liebre, soberana, independiente, solidaria y fuerte. Bolivia será eterna y vencerá toda asechanza de fuera y de adentro, por la férrea voluntad de sus hijos.

La última década ha marcado al país con una serie de acontecimientos que han labrado el destino, algunos esperanzadores y otros desastrosos. Han hecho mucho daño el descrédito de los partidos políticos, del Parlamento, el Poder Judicial y de las instituciones esenciales como la Policía. La crisis económica afectó drásticamente a la gente, que cansada de más de lo mismo, promovió un cambio que comenzó con la desaparición de los partidos políticos tradicionales; en lo positivo, la lucha social que logró el aumento de las regalías por los hidrocarburos del 18 al 50%, permite ahora al país contar con importantes reservas monetarias que superar en este momento los 12 mil millones de dólares.

La descomposición política fue aprovechada por el MAS, partido que no se había comprometido con los gobiernos de la última década del siglo XX. La ciudadanía, vio en Evo Morales una esperanza y por primera vez, un Presidente fue elegido directamente por el pueblo, ya que anteriormente, debido a que ningún candidato alcazaba la mitad más uno de los votos, la elección era realizada por el Parlamento, a veces con desenlaces imprevisibles.

Pero conforme pasa el tiempo, la ciudadanía comenzó a desmoralizarse, porque se repiten las mismas políticas del pasado, inclusive con una mayor dependencia de los Órganos Legislativo, Judicial y Electoral, del poder central. El desempleo, la pobreza, la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad jurídica siguen afectando al país.

Pero el presidente Evo Morales considera que en los 6 años y medio de su gobierno se logró que 600 mil ciudadanos, especialmente del área rural, salgan de la pobreza extrema y otros 400 mil de la pobreza moderada. Si los datos son correctos, sin duda es un aliciente, pero de todas maneras el país está muy lejos de cumplir la meta del milenio que busca la reducción de la pobreza a un 50% hasta el año 2015.

Todavía Bolivia tiene que trabajar mucho para que sus hijos alcancen la aspiración del "vivir bien" y las tareas pendientes son muchas. Tiene que revertirse la imagen de un país sin justicia ni seguridad jurídica; tiene que garantizarse las inversiones y la propiedad privada. Es necesario poner fin a los avasallamientos de minas y en la medida de las posibilidades, atender las innumerables demandas de una ciudadanía que se está cansando de esperar mejores días.

Es necesario diversificar la producción y aumentar las exportaciones. El país tiene que volcar sus esfuerzos al agro para lograr la seguridad alimentaria. Los hidrocarburos deben ser industrializados en el país lo mismo que los minerales, para dejar de ser un simple exportador de materias primas. El fracaso de la instalación del complejo siderúrgico del Mutún y la inercia en el proyecto del Litio, representan dos grandes frustraciones, porque Brasil, en sus yacimientos vecinos al Mutún ha realizado grandes inversiones y está exportando acero y pellets. Chile aprovechó los depósitos de litio que controla y que nos usurpó, y ya está produciendo baterías. La corrupción e improvisación en YPFB, se convirtieron en otra frustración.

Bolivia necesita vencer muchas rémoras que le hacen mucho daño, como el odio político, el regionalismo, la discriminación y, fundamentalmente, la política de confrontación, para dar paso a la armonía, tolerancia y comprensión, ambiente en el que toda la ciudadanía unida contribuya a impulsar al país hacia adelante. Al cumplir 187 años de vida independiente, los bolivianos debemos olvidar rencores y trabajar por un presente y un futuro mejor que incluya a todos los ciudadanos.

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