Hace 30 años que se fabrica y actualmente Windsor es el único té boliviano que compite en mercados de una decena de naciones. Llega a siete países de Europa con un promedio de ocho toneladas de té orgánico certificado y a tres estados de la región con tres productos envasados.  

Alemania es el principal país al que se exporta y desde allí se distribuye a Inglaterra, Holanda, Francia y Bélgica, en Europa. También llega a Estados Unidos y Canadá, según informó Ricardo Hegedus, gerente de operaciones de la empresa Windsor. Es fabricado y envasado por Hansa Ltda., una empresa con 105 años en el país. 

 “Exportamos el té negro y el té verde orgánico de altura que se vende en gramos en las tiendas de especialidad en esos países”, precisó Hegedus. Llega a esos mercados en bolsas de 30 kilos, cuatrilaminadas de alta barrera para que el producto no se dañe y, encima, se coloca una caja de cartón a manera de palets (soporte y seguro de la mercancía). 

Altura. Esta fábrica utiliza materia prima de té cultivado manualmente en huertas de altura en las fértiles tierras de Chimate, en los Yungas paceños. Es un lugar propicio para su cultivo por la altura, humedad, pluviosidad y componentes naturales de la tierra que garantizan un manejo orgánico del mismo y con las mejores plantas de calidad, según el empresario.  

Explicó que el té orgánico certificado que se produce en Bolivia es una bebida de altura muy apreciada en mercados internacionales por su calidad. Tomó muchos años posicionarlo en la mente de la gente porque el consumo de té en el mundo es muy tradicionalista, que va desde los abuelos a los padres, de éstos a hijos y a nietos, pero se logró romper en cierta medida ese mito familiar.  

“Hemos tenido que trabajar un plan de marketing muy agresivo en Europa para posicionar el nuevo concepto del té boliviano porque en Europa no es conocido, ni los países vecinos saben que producimos”, detalló.  

Anualmente se exportan cuatro contenedores de té especial, lo que representa unas ocho toneladas que generan unos $us 145 mil. Esta cantidad de exportación es relativamente baja, expresa el empresario, porque es reducida la producción de materia prima en el país. El 30% de los insumos proviene de la zona de Chimate y el 70% se importa del exterior. “La falta de caminos, cruzar los ríos, la ausencia de incentivos para los productores y la proliferación de otros productos son algunos factores por la baja producción de materia prima”, que explican esta deficiencia productiva, dijo. 

 Windsor, al margen de esos siete países que reciben productos orgánicos de Bolivia, también exporta a Chile, Argentina y Colombia. En este caso son los productos de marca envasados que produce la fábrica, manifestó por su parte el jefe comercial, Rafael Collazos. 

 La cantidad que se exporta a estos países de Sudamérica está entre las cuatro y seis toneladas, cada dos meses, precisó. Además que para el próximo año están en negociaciones para exportar a Perú y Paraguay. 

 Las tres líneas de productos que fabrica Windsor son de té puro y con sabores a canela y clavo de olor; los mates de anís, coca, manzanilla, trimate; y la línea de frutas de piña, manzana y durazno. Adelantó que están preparando una cuarta línea de tés especiales que se venderán el próximo año.  

También ofrecerán té para hombres (energizante), té para mujeres (para esos días difíciles) y sólo para niños (sin azúcar), anunció Hegedus.  

Justo Ayala Escobar, gerente financiero, dijo que lamentablemente “no existe una competencia sana en el país” porque la producción nacional es víctima del contrabando y la falta de control en la fiscalización. “Las empresas legales cumplimos con todos los impuestos, requisitos y obligaciones legales, pero no se exige lo mismo a otras que están en el mercado. El control debe ser para todos por igual”, reclamó el ejecutivo.  

Historia de la empresa en Bolivia Creación El 22 de mayo de 1979, bajo dirección de Tommy Hegedus como gerente de Producción, empezó la elaboración del Té Windsor.  

Maquinaria Inicialmente se contaba con una máquina envasadora muy similar al modelo de estos días, traída desde Inglaterra. 

 Personal La empresa era pequeña. Tenía una sala de clasificado, sala de mezcla, envasado, almacén, y oficinas. Sólo eran nueve operarios. Hoy son 115 trabajadores. 

 El nombre Windsor viene del viento, de la nada. “Así nos levantamos de la nada”, dijo Ricardo Hegedus. 
La Razón
04/12/2012

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