Casi medio centenar de conjuntos folklóricos, con bailarines y músicos uniformados con trajes de ensayo, hicieron su paso. Gente de toda edad, inclusive niños, recorrió por lo menos unos tres kilómetros hasta llegar, en unas dos horas y media, hasta el Santuario del Socavón. Allí rindieron homenaje a la Virgen de la Candelaria, cuyo nuevo monumento destaca en el cerro Santa Bárbara, al sur de la ciudad.
“Seguramente la entrada del sábado, de la cual tanto se habla, va a ser grandiosa. Me gustaría bailar morenada”, expresó Teresa de la Rúa Gapulete, una visitante argentina. El cruceño Pedro Pernea, que acude por vez primera, va a quedarse hasta el sábado; “las danzas son contagiantes, en especial de la morenada, la diablada y los caporales”, comentó.
La banda alemana de Malmsheim, que el sábado fue parte del Festival de Bandas, encabezó la Morenada Zona Norte. “Es emocionante, estamos aprendiendo el ritmo. Algunos bailarines nos dicen más rápido, otros más lento; estamos con partituras y vamos a ensayar más para la entrada del sábado”, dijo su cabeza, Sarah Walz.
La Razón
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