Noticias de Bolivia, 16 de junio 2014

El grupo de los 77 más China renació ayer en Santa Cruz con una agenda de futuro de 242 puntos, en la que se plantean reformas profundas a la ONU, al sistema económico mundial, a los paradigmas de desarrollo y de cuidado del medioambiente, además de la pertinencia de que los estados recuperen la propiedad de los recursos naturales.  

Bajo la dirección del presidente Evo Morales y luego de más de 30 sesiones de negociaciones en Nueva York dirigidas por el embajador ante la ONU, Sacha Llorenti, el documento final tiene genes bolivianos. El concepto ‘vivir bien’ se menciona cuatro veces en el documento, mientras que “madre tierra” es sinónimo de desarrollo equilibrado y quedó plasmado en ocho diferentes artículos con ese término. Además, los principios quechuas ama sua (“no seas ladrón”), ama llulla (“no seas mentiroso”) y ama qhella (“no seas flojo”) se incluyen en la declaración como principios que alientan hacia un gobierno transparente y ajeno de corrupción.  

Una maratón La sesión, hasta la que llegaron 15 presidentes y jefes de Estado, además de un centenar de delegados, se extendió por más de 12 horas. Se anotaron a la lista de oradores más de 90 representantes y nadie se movió hasta que le tocó su turno de hablar. Al principio, el presidente Morales comentaba cada una de las intervenciones de los delegados, hasta que se dio cuenta de que si lo seguía haciendo estaría tres días allí. Cada presidente, primer ministro, vicepresidente y delegado que intervino rescató la hospitalidad, habló generalidades de la reunión y aprovechó para deslizar un tema particular de su país. Incluso Zambia y Paraguay mencionaron a los países sin salida al mar, pero el tema no llegó a mayores, para evitar un roce con Chile, que hubiera puesto en peligro la declaración final.  

Pero más allá del concepto del desarrollo en armonía con la naturaleza y de los preceptos andinos, hubo otras propuestas bolivianas que quedaron en el documento final y en la mente de los mandatarios visitantes.  

Una de ellas es la nacionalización de los recursos naturales. Según el presidente Evo Morales, ya ha recibido invitaciones desde varios países para ir a exponer la experiencia boliviana. En la sesión, el mandatario dio cifras de la mejora económica del país. Dijo que antes de la nacionalización Bolivia recibía solo $us 300 millones al año y en 2013 la renta petrolera trepó hasta los 5.500 millones. En la declaración final, este punto quedó plasmado como la iniciativa de Bolivia para discutir la gobernanza de los recursos naturales en una cumbre ministerial específica, a celebrarse en Tarija en agosto del presente año. 

Asuntos complejos Otra propuesta con sello boliviano es la necesidad de declarar los servicios básicos (agua, electricidad y comunicación) un derecho humano. Bolivia ya había conseguido que el agua sea considerado por la ONU un derecho básico, pero ahora es el G-77 el que plantea ampliar el espectro.  

Otra de las propuestas deslizadas por Morales y ratificada en la plenaria fue la desaparición del Consejo de Seguridad de la ONU, algo a lo que el canciller brasileño, Celso Amorím, se opuso, según reveló el mismo presidente boliviano. Sin embargo, sí admitió la necesidad de una reforma profunda a este sistema de toma de decisiones y esto quedó plasmado en el documento.  

Otra victoria, casi sectorial, que puede apuntarse Morales es que los países del G-77 aceptaron discutir y analizar las bondades y amenazas de la hoja de coca. Ya no se la toma como un veneno, como lo decía la Convención de la JIFE de 1967, sino que, según Morales, se analizará, aunque siempre rechazando su procesamiento para convertirla en cocaína.  

Agenda de futuro  

Al parecer, según la declaración de Santa Cruz, la segunda agenda del milenio, que debe ser aprobada por la ONU el próximo año, no será tan distinta a la que aún está vigente. Aunque atenuados, el mundo tiene las mismas necesidades: la disminución del hambre, la erradicación de la pobreza para 2030, el cierre de las enormes desigualdades, el control del capital especulativo a través de una reforma al sistema financiero y la creación de un organismo dependiente de la ONU que lo supervise, son algunas de las medidas que quedaron plasmadas en el documento.  

Otro punto señalado como urgente es la mitigación del cambio climático, que golpea con fuerza a las naciones en desarrollo. Hasta China reclamó mayor compromiso del hemisferio norte y es allí donde los conceptos de vivir bien y madre tierra, como sujeto de derechos, cobran mayor vigencia. Hay temas de agenda permanente, como la transferencia de tecnología, la cooperación entre naciones del Sur, la industrialización de los recursos naturales para exportar con valor agregado y las negociaciones de las deudas externas que aún están presentes en la declaración.  

También quedaron asuntos pendientes, como la creación de una secretaría que se encargue de hacer seguimiento a estas declaraciones. Esa también fue una propuesta boliviana y se analizará si su sede estará en Bolivia  

Entre generalidades y particularismos  

A José Mujica, presidente de Uruguay, se le va haciendo costumbre convertirse en el faro de esas reuniones internacionales. Ayer no fue la excepción. Cuando todos hablaban de desarrollo, él se preguntó qué tipo de desarrollo buscaba el bloque. Lamentó que la idea de desarrollo sea la del norte, la insostenible y abogó por un cambio cultural que limite el despilfarro.  

Luego, la mayoría de las intervenciones estuvieron más enfocadas en denunciar intereses particulares de los países. Por ejemplo, Robert Mugabe, presidente -casi vitalicio- de Zimbabue, pidió que la Unión Europea y Estados Unidos revisen las medidas contra su país y calificó su estancia en el poder como legal, ya que en 2013 hubo elecciones “exitosas” en su país, en las que ganó con el 95%.  

La cumbre también sirvió para que Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua brinden un fuerte respaldo hacia el Gobierno de Nicolás Maduro y pidieron apoyar el diálogo entre el oficialismo y la oposición venezolana auspiciado por la Santa Sede. Se trató de incluir una declaración en este sentido, pero al final no fue anotada en el documento final.  

AMORIM VALORÓ EL EVENTO PESE AL VETO  

El ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, destacó ayer que Bolivia se puso en el centro de las discusiones mundiales con la “exitosa realización de la Cumbre del G77+China” en Santa Cruz de la Sierra. Esto pese a haber vetado la iniciativa boliviana de desaparecer el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.  

“Creo que Bolivia se plantea en el centro de las discusiones mundiales al hacer esto y eso es muy bueno para Bolivia, pero también hablo con el orgullo de ser sudamericano", dijo, minutos antes de dejar la cita internacional.  

El ministro de Defensa brasileño destacó que fue importante la realización del evento en Sudamérica, porque es la región que da el mejor ejemplo de cooperación, resolución pacífica de las diferencias y continúa con el trabajo por el desarrollo integral de los pueblos. Sin embargo, cabe resaltar que Amorim vino en remplazo de la presidenta Dilma Rousseff, que desde que asumió el mando no ha visitado el país pese a la cercanía geográfica./ABI y RDD.  

Brasil se opone e impone el realismo Hugo Siles - Experto 

Boliviano en Política Exterior Primero, es cierto que Bolivia, en el último momento, intentó introducir en la declaración del G-77 + China la propuesta de desaparición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, esa posición que puede ser considerada respetable e idealista, se contrapone con el realismo de la política internacional. Precisamente, en los últimos dos siglos se incorporaron mecanismos de ordenamiento del sistema mundial. 

 En el pasado, un grupo de imperios (Gran Bretaña y otros) se hacían cargo de la seguridad internacional, hablamos del siglo XIX y la primera mitad del XX. Fue gracias a ese esquema que se produjeron dos guerras mundiales. En la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se mantuvo la presencia de las potencias e imperios en el control de la seguridad mundial.  

Sin embargo, el actual Consejo de Seguridad de la ONU, representado por cinco miembros permanentes (EEUU, Inglaterra, Francia, China y Rusia) y 10 países no permanentes, reproduce un esquema con mayor equilibrio en el control de la seguridad mundial porque sus miembros disponen también del uso del veto para que los demás miembros ya no puedan decidir aprobar intervenciones militares.   

Brasil, de hecho, ya fue miembro invitado del Consejo de Seguridad de la ONU, ese mismo que el presidente del G-77 + China, Evo Morales, ha propuesto desaparecer. Existe ya hace una década la posición liderada por Brasil, India, y otros países de Europa, para que el Consejo de Seguridad se pueda ampliar con más estados miembro. Está claro que Brasil aspira a ser un miembro permanente de ese consejo y por eso se va a oponer a desaparecer el Consejo de Seguridad. Es muy difícil que la posición del Estado Plurinacional pueda tener el respaldo porque el coloso del sur hace décadas que hace lobby para ser parte de ese grupo. 

PABLO ORTIZ - portiz@eldeber.com.bo

BTemplates.com

Categories

Popular Posts

Blog Archive