Clasicos dos grades paceños de Bolivia The Strongest Bolívar

La Paz, 12 abril (Erbol).- El domingo venidero se disputará una nueva versión del mayor clásico del fútbol boliviano: The Strongest- Bolívar.

Como ha sucedido en otras tantas oportunidades hay a simple vista un error de cálculo entre la cantidad de espectadores acomodados (a veces apretujados) que están en el escenario y dan la impresión de llegar a cincuenta mil, cuando el Servicio Departamental de Deportes, en coincidencia con las determinaciones de la FIFA, aseguran un aforo por debajo de lo establecido inicialmente, hasta en un diez por ciento.

Escenarios abarrotados de espectadores hasta en las gradas de acceso, dan una idea clara en sentido de que, por ejemplo en el estadio Hernando Siles, la cantidad de hinchas presentes supera con creces el aforo de las 41.199 butacas dispuestas para los espectadores.

La versión de Bolívar

Los celestes, de acuerdo con Luis Montellano, su relacionista público, pondrán a la venta este domingo 33 mil entradas (las curvas tiene un valor de 30 bolivianos, la recta 50, preferencia 80 y butaca 130) y cuenta al momento con 2.500 abonados, además de disponer de 1.500 localidades de favor, entre otras cosas para cortesías. Estas cifras harían coincidencia plena en los números, pero deja abierta la misma pregunta de siempre: ¿Por qué no entra un alfiler más, como dicen los narradores en el estadio?

Alguien, que a los clubes les gustaría saber quién es, se lleva una importante ganancia a costa del espectáculo.

La palabra de los atigrados

The Strongest ha informado mediante su directivo Carlos Caso que todo responde a la importancia del encuentro por jugarse.

Por ejemplo, una es la cantidad de entradas vendidas en un clásico y otra cuando se trata de cotejos que están dentro del marco de lo regular, pero siempre de acuerdo a las estimaciones efectuadas por el Servicio Departamental de Deportes.

Los atigrados reiteraron que de ninguna manera pasan lo estipulado por las autoridades y que también les gustaría conocer cómo se hace para que una determinada cantidad de boletos vendidos no se vea expresada en las tribunas, donde hay un lleno total.

Viene otro clásico y con él, las preguntas que rondan los fantasmas de la economía de los clubes, con las preguntas de siempre.