Buenos Aires, 30 de Jun (Erbol).- La capital argentina es inmensa, tanto que variedad de turistas piden teléfonos y ubicación exacta de dónde se hospedan para no pasar ningún percance a la hora de su retorno, pues ni los mismos argentinos conocen de memoria las calles y avenidas de esta hermosa ciudad.
Siendo una cultura futbolera, sorprende como el argentino trata con indiferencia a su selección, cuando solamente faltan horas para el debut frente a Bolivia. El tema de conversación en confiterías, restaurantes y el subte, es el descenso de River Plate y la ola de frío Polar que azota esta región del mundo.
El subte cuenta con aire acondicionado y para evadir el viento mientras elaboras un plan con el fin de no deambular sin dirección, lo preferible es tomar asiento en sus instalaciones. Así fue como conocí a un acérrimo hincha de futbol que aún analiza las causas de la crisis de River y cuando le pregunte respecto a su selección, levantó los hombros en señal de indiferencia.
En contrapartida, quizá sea por la distancia y el anhelo de sentirse en familia a kilómetros de casa, los migrantes bolivianos se organizan en caravanas para asistir al partido inaugural. En Liniers varios negocios pertenecen a residentes bolivianos, es más, en un restaurant donde se sirve “Fricasé Especial” entre otras delicias, los hinchas de la verde hablan de cuan sorprendente sería que por lo menos se empate ante el anfitrión éste viernes.
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