La 16a Feria Internacional del Libro (FIL) se inaugura esta noche en el Círculo de Oficiales del Ejército (COE) y celebra su calidad de Patrimonio Cultural, otorgado el 2003 por la comuna paceña, y abrirá sus puertas desde mañana a todo el público que desee asistir.
Necesario. El libro es un artículo de primera necesidad para el crecimiento cultural de las personas.“Su declaración (como patrimonio cultural de La Paz) representa un mecanismo de preservación y salvaguarda de la memoria histórica, y la difusión de varios géneros de la literatura, además que remarca el intercambio cultural”, indicó Elizabeth Salguero, ministra de Culturas.
Al haber sido objeto de esta declaración, la feria representa la herencia propia de una comunidad, que la asume con orgullo como propia, indicó Carlos Ostermann, miembro del directorio de la Cámara del Libro.
“Si faltara la feria, realmente faltaría uno de los eventos culturales más importantes de la ciudad, pues representa la promoción de personas que se dedican a la literatura, es la gran fiesta que producen los autores y distribuimos los libreros al gran público, es un evento de primerísima magnitud”, indicó Ostermann.
Ariel Mustafá, director de la editorial Gente Común, manifestó que la FIL representa más que un lugar de venta y compra, “un punto de encuentro en el que la población se estrecha más con los escritores, y hasta llega a conversar con él”.
Por su parte, Cristina Wayar, directora nacional de Publicaciones del sello Alfaguara, considera que la feria, como patrimonio cultural, representa “un aporte importante” que se hace a la educación de los niños de la ciudad y un incentivo a la lectura.
Marcel Ramírez, miembro del directorio de la Cámara del Libro, cree que después de 15 años de feria, “los paceños han asumido este evento como algo propio de la urbe, como un rasgo distintivo de su cultura”.
Escritores. El ganador del Premio Nacional de Novela 2006, Wilmer Urrelo, considera que “el nombramiento (como patrimonio) es positivo, pero habría que ver si esto repercute más allá del título y se refleja en aspectos concretos relacionados con todo el circuito editorial y literario”.
Sebastián Antezana, que ganó el mismo premio el 2009, coincide con su colega y añade que en este tipo de eventos “se debería fomentar el acercamiento entre autores y público, organizando lecturas y conversatorios”.
Uno de los autores más vendidos en las anteriores ediciones de la FIL, Adolfo Cárdenas, también ve con buenos ojos que la feria sea considerada patrimonio cultural, pero, al igual que otros escritores, se muestra escéptico ante las ventajas que esto trae a la literatura: “Si no se modifica el sistema impositivo para los libros o se inician políticas de fomento a la lectura, el nombramiento queda en el papel”.
Quino, siempre polémico
El poeta Humberto Quino tiene una visión particular sobre las ferias. “Para la cantidad de lectores que hay —indica—, se requiere un espacio más pequeño... Habría que organizar torneos de lectura para ahuyentar a futuros lectores; empezando por los libros de 80 páginas y terminando en los que tienen más de 800. Así, ambos saldrían ganando: los escritores, al carecer de lectores, no perderían su tiempo escribiendo libros, y los lectores no malgastarían su dinero en esos somníferos
adobes”.
El encuentro forma parte del imaginario de los paceños
“Así como hay que tomar  ponche en la verbena del 16 de julio (aniversario de La Paz), la feria se ha convertido en parte de la gente, de la vida cotidiana de la ciudad”. Así se expresa Mauricio Souza, director editorial de Plural al referirse a la FIL,  cuando se le pregunta si este encuentro podría estar inscrito en el imaginario paceño.
Otras personas relacionadas con el quehacer literario también consideran que visitar la feria ya se encuentra en la agenda de gran parte de los paceños, porque se ha vuelto una tradición de esta urbe.
Cristina Wayar, directora de Alfaguara Bolivia, usa la palabra “institución” para describir este hecho. “La feria se ha convertido en una institución, hay mucha gente que quiere que llegue este evento literario porque sabe que ahí va a encontrar buenos libros, porque va a haber cultura”, dijo.
Carlos Azurduy, gerente de La Hoguera, indica que  los visitantes “rompen el chanchito” para ingresar y adquirir libros.
El director de la editorial Gente Común, Ariel Mustafá, manifiesta que la importancia de este evento se refleja en la cobertura de medios y asistencia de público. “Estoy convencido de que la Feria del Libro crece en forma permanente y ya es parte de la tradición de esta ciudad, ya ganó un sitio, y eso se ratifica con la cantidad de visitas que tiene y la cobertura que le hacen los medios”, indica Mustafá.
“A estas alturas, nadie permitiría que no haya feria, pues es parte fundamental de La Paz”, complementa Wayar.
Debería expandirse a otros lugares
Luis Revilla
La Feria del Libro es un evento importante que se desarrolla en la ciudad hace ya muchos años. Considero que el aporte principal de este encuentro es que representa la mejor manera de difundir las creaciones y obras de escritores nacionales, novelistas paceños y, por supuesto, incentiva la lectura.
También se llega a conocer a varios autores de otros países gracias al auspicio de las embajadas y países amigos. Y el aporte fundamental se relaciona con promover un mayor conocimiento de la cultura de nuestro país y de otros países.
Los paceños, por supuesto que esperan la Feria del Libro cada año. Es por ello que se ha vuelto parte del imaginario paceño, además de que es un incentivo de lectura para los niños de la ciudad.
Creo que esta feria necesita extenderse con más actividades hacia el conjunto de la ciudad, con otras presentaciones, paneles de autores, exposiciones de obras. Creo que si lográramos que se desarrollase no sólo en la zona Sur, sino en distintos lugares, sería algo bueno, pero ése es un problema de infraestructura, no de los organizadores como tales.
Todavía, no es accesible para todos y creo que deberíamos trabajar para que se logre. Esto depende también de dar mejores condiciones para que se desarrolle en distintos puntos de nuestra ciudad
En relación con los precios de los libros que se ofrecen, creo que en general hay de todo, pero están esos libros que son caros y no son muy accesibles al conjunto de los ciudadanos. También pienso que la feria necesita un espacio, ojalá el campo ferial se haga realidad pronto, para que todos puedan exponer y dar a conocer su trabajo como es debido.
Periodista:Micaela Villa - La Paz- La Razón



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