Colorido, alegría, belleza, derroche de energía, fe y devoción fueron, lo relevante en el inicio de la Entrada Folklórica 2011 de la Virgen María de Urkupiña.

Más de sesenta fraternidades deleitaron a los visitantes con novedosas coreografías, vestimenta típica y alegría que año tras año les caracteriza. Se lucieron grupos de caporales, morenadas, pujllay, diabladas, wakatocoris, tinkus, cullawadas, chapaqueadas, humajalas, suri sicuris, valluneadas, salay, antawaras, doctorcitos, llameradas, tobas, entre otros.

Muchos bailaron por primera vez, otros cumplen su promesa de bailar por tercer año consecutivo, pero la mayor parte baila entre 10 y 20 años como señal de agradecimiento y petición. La ternura y los movimientos de los niños danzarines cautivaron a los espectadores que se aproximaban a fotografiarlos.

Las numerosas bandas de música que acompañaron a los fraternos también mostraron su picardía al interpretar ritmos variados y bailables, propios de los nueve departamentos que denotan la riqueza cultural de Bolivia.

Como todos los años, Quillacollo tuvo una gran afluencia de visitantes que llegaron tanto del interior como del exterior del país a postrarse ante los pies de la Virgen para agradecerle por los bienes adquiridos y renovar el pedido de bienestar y salud para sus seres queridos.
Fuente; La Opinón

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