Al lado de su madre y dando la espalda a las cámaras de TV Globo, el joven de 17 años contó su verdad respecto a lo acontecido en el estadio Jesús Bermúdez el pasado 14 de febrero, cuando el niño Kevin Beltrán perdió la vida tras recibir el impacto de un proyectil en uno de sus ojos.
"Estábamos celebrando el gol (del Corinthians). Traje un señalizador (bengala pirotécnica) en mi bolsa, lo fui a encender. Le saqué la tapa, y estiré la cuerda, no pasó nada, no sabía muy bien cómo usarlo, estiré de nuevo, y fue a la hinchada boliviana", relató acongojado el supuesto autor del crimen, al momento de reconocer que el artefacto pirotécnico fue traído desde San Pablo.
“En el intervalo pregunté a un policía si atendieron a alguien y me dijo que no, pero la otra barra indicaba que algo grave había pasado. Nos trataron de asesinos, dijeron que iba a morir”, añadió el hincha que según sus relato sigue desde hace dos años al Corinthians.
“Sólo supe que había muerto cuando ya estábamos en el micro. Empezaron a hablar en el internet. Pensé que mi vida acabó, maté a un niño de 14 años, no sabía qué hacer”, prosiguió con las manos temblorosas.
“Yo me quedé sentado y los policías apresaron a los demás, pero no llegaron a mí. No les dije que era yo, por miedo, creí que los iban a soltar después”, respondió a la consulta de por qué no se había entregado antes, dejando en claro que además le “dijeron que no confiese” porque estaba en Bolivia y era responsabilidad del Corinthians Gavioes da Fiel, mayor barra del equipo brasileño.
“No estoy protegiendo a nadie, sólo quiero asumir mi error”, finalizó quien sólo se identificó con las siglas H.A.M y pide liberar a los doce seguidores del Corinthians que están presos en nuestro país, acusados de lanzar la bengala que provocó la muerte del niño Kevin Beltrán, el miércoles en el partido por la Copa Libertadores.
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