Luis Suárez (35) es uno de los diez supervivientes de la aeronave de la empresa Aerocon que cayó ayer en Riberalta, que se cobró la vida de ocho personas. Él trabaja en la Gobernación de Beni, y en un contacto telefónico con EL DEBER Digital relató los instantes que vivió antes de que la nave se precipite a tierra.
Suárez, oriundo de Trinidad, se dirigía a Riberalta a realizar una entrega de lentes para personas de la tercera edad, dijo que el vuelo venía tranquilo a una buena velocidad sin ningún inconveniente, pero las cosas se complicaron al momento de aterrizar.
“Tuvimos una turbulencia, se encapotó el cielo, veníamos con fallas en una de las alas (motores), venía echando humo. Se dio la orden para que fuéramos a Gayaramerín, debido al mal tiempo que había en Riberalta, y por el problema mecánico de la nave el piloto decidió hacer el aterrizaje”, relató Suárez.
El superviviente añade que tras el descenso del avión, la desesperación cundió entre los pasajeros que en su afán de abandonar la nave, inmersa en la humareda, el olor a combustible y el fuego, todos se atropellaban, para salir por la puerta de emergencia y por una de las ventanas.
“Empezó el fuego desde atrás, no había un instrumento para abrir nada, la gente nos quería auxiliar pero no se animaban por miedo a que la nave explote. Yo soy gordito, quise salir por la ventanita pero me atoré, me estaba quemando las piernas y apareció un ángel caído del cielo y se animó, me jaló hasta que me sacaron de la nave”, confesó.
Un avión Hércules partirá a las 13:00 desde Riberalta hacia Santa Cruz, con los restos de las víctimas y los diez pasajeros heridos que requieren atención medica. La mayoría presenta quemaduras.
EL DEBER Digital
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