El niño Juan Uche Noe, de ocho meses, es enterrado entre profunda consternación y lágrimas de sus progenitores y los marchistas que perdieron la segunda vida durante la caminata de 22 días en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Los movilizados prometen al difunto que llegaran hasta la ciudad de La Paz si el gobierno no respeta sus derechos.

Uche falleció en el municipio de San Borja, ubicado aproximadamente a 320 kilómetros de la sede de gobierno, lugar donde los movilizados se encuentran desde el primer día de septiembre esperando que la administración de Evo Morales escuche la demanda indígena de desviar la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.

La atención fue tardía. El vómito y la diarrea fueron las causas que deterioraron la salud del niño, que anoche murió poco después de ser internado en el hospital borjano. Sus padres indicaron que el niño estaba con problemas de salud hace seis días cuando aún se encontraban en Totaisal; sin embargo, no pidieron ayuda oportuna indicaron los médicos de turno, reportó El Deber.

La primera víctima fatal de la marcha fue Pedro Moye Noza, de 14 años. El adolescente murió el 22 de agosto en un hospital de la capital beniana. El niño de la comunidad de San Pablo del Tipnis, se cayó de una camioneta que se encontraba en movimiento, tres días después de caminar acompañando a sus padres.

Además, se registraron dos abortos de mujeres indígenas, una de las marchistas tenía tres meses de gestación y la otra, siete, según el informe del médico del hospital San Borja, Luis de la Cruz.

El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Adolfo Chávez, indicó que “hay muchos enfermos de infección respiratoria, algunos están con diarrea, dolores musculares, infección en los ojos, porque hay mucha polvareda en la carretera”.

San Borja, 5 de septiembre 2011-J.C.

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