El portero de la radio San Gabriel, Félix Pérez, reveló a ERBOL que la extinta jefa de prensa de ese medio, Verónica Peñasco Layme, fue perseguida hasta su fuente laboral por una persona de sexo masculino aproximadamente dos semanas antes de su cruel asesinato.
Verónica me contó que una mañana “ha bajado (del vehículo que la transportó de su casa hasta cerca de la radio San Gabriel) y que luego se dio cuenta que era seguida por su atrás por un joven, quien (aseguró) que la siguió hasta la puerta (de la radio), cuando justo ya iba entrar (a la emisora) esa persona se habría dado la vuelta cerca de ella, eso pasó hace dos semanas no más, por eso ella me había encargado y pedido por favor que la esperara (todas las mañanas) en la puerta”, relató Pérez.
Generalmente, Verónica se dirigía a la radio a las cinco de la mañana de cada jornada laboral para cumplir con sus compromisos.
El pasado lunes, los cuerpos sin vida de Verónica Peñasco Layme y de su hermano Victor Hugo, locutor de la emisora Pachakamasa, fueron encontrados en la morgue del Hospital de Clínicas de la ciudad de La Paz.
Se conoce que el 25 de febrero, ambos salieron a las 04.30 de su casa, ubicada en la zona Franz Tamayo de El Alto, carretera a Laja.
Ahora, a cinco días de este doble asesinato, continúan revelándose nuevos datos sobre los hechos que antecedieron al delito, que aún es investigado por las autoridades correspondientes.
“Ese sábado 25 la estaba esperando desde las 05.00 en la puerta de la radio, estaba cumpliendo con el favor que me había pedido, pero esperaba y esperaba, ella no aparecía, ya era menos 10 minutos (para las 06.00, hora que debía empezar a conducir su programa en la radio), llamé a su celular y el mismo estaba sonando hasta las 06.15, luego a eso de las 06.30 volví a llamarla y ya estaba cortado (apagado), desde entonces yo me extrañé, dije por qué no me contestará”, acotó el portero.
Sueños de Verónica antes de su muerte
Pérez también contó que Verónica, durante los últimos días de su vida, aseguró que tenía sueños y presentimientos muy extraños e indescifrables.
“Ella no se veía tranquila, me dijo que se estaba soñando muy mal, eso no sólo me lo dijo a mi, sino a otros compañeros de trabajo más en los apthapis que hacíamos de manera habitual en la radio para no gastar muchos recursos económicos”, afirmó.
La recuerdan como una mujer sencilla y activa
Tanto Pérez, como su compañero de trabajo Gonzalo Apaza, recordaron a la fallecida periodista como una mujer siempre alegre, participativa, activa, emprendedora y como una de las personas que más buscaba la unidad entre todos sus colegas.
“Era muy popular, sencilla, ella siempre hablaba de querer apoyar mucho más por la radio al pueblo aymara, ella pensaba mucho en eso”, dijo Pérez.
“Ella siempre fue emprendedora, supo compartir con nosotros, supo participar en otros programas, el trabajo que realizaba fue realmente muy aceptable, se desenvolvía con mucha facilidad, aquí hacemos más periodismo aymara y ese trabajo lo llevó de manera excelente”, añadió Apaza.
Erbol
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