Roman Abramovich, el multimillonario ruso que maneja el equipo londinense, no está conforme con haber eliminado al Barça en la Champions League: también tienta a sus dos referentes.
Abramovich no es un tipo de pequeñas inversiones. Todo lo contrario. Y le gusta abrirse camino a fuerza de dinero para codearse con los mejores, sobre todo en el fútbol, una especie de hobby multimillonario -que ha despertado grandes sospechas por falta de rentabilidad- que remata una vida dedicada a los negocios de muchos ceros.
Por eso, plantearse un esfuerzo como contratar a Lionel Messi y Josep Guardiola para que se calcen la camiseta de los Blue Devils es una cuestión casi natural.
Está en el gen del personaje que maneja el club y, aunque no muchos se lo toman en serio, los rumores que propalan las publicaciones especializadas en Europa no hacen más que retomar la negativa de Pep, conocida hace apenas días, a la oferta inicial del Chelsea.
Ahora Abramovich vuelve a la carga: le dará un cheque en blanco al entrenador y está dispuesto a sacrificar millones casi sin límite para que Messi se mude a la capital inglesa.
Los 400.000.000 euros que gastaría en total, equivalente a 520 M en dólares, relacionaría el nombre del jugador argentino con el único récord que no podría quebrar en Barcelona: el del pase más caro de la historia.
Pero también pondría sobre el tapete otra vez al ruso, que en las últimas temporadas había sido opacado por las mejores performances de los dos equipos de Manchester (United y City), Real Madrid, Barcelona y Liverpool.
Nadie cree que Messi, que ha repetido hasta el hartazgo que jugará siempre en el Barça, pueda considerar en serio un cambio de aire en este momento. Por un lado, porque seguramente querrá tomarse revancha de la caída en las semifinales de la Champions y el título de liga perdido ante la "Casa Blanca" madrileña. Y segundo, porque espera el nacimiento de su primer hijo junto a su novia Antonella Rocuzzo.
Fuente Infobae
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