Hugo Gutiérrez y Rodolfo Choque, fundadores de la agrupación Kalamarka (Pueblo de piedra), coincidieron en afirmar que el proceso de cambio en Bolivia lo iniciaron ellos hace más de dos décadas con su música identificada con el pueblo y que pudo ser llevada fuera de nuestras fronteras hasta importantes escenarios de América, Asia, África y Europa.
“Ahora es tarea de los políticos profundizar el cambio social que ya ha comenzado hace mucho”, coincidieron en afirmar ambos compositores, en una amena conversación con Erbol.
Los músicos presentarán su propuesta con un nuevo disco que tiene 12 canciones con ritmos variados y que será puesto a consideración de la ciudadanía paceña el 17 de diciembre a partir de las 19.00 en el Teatro Al Aire Libre Jaime Laredo de La Paz.
Kalamarka creó un estilo propio con nuevos sonidos, poesía, efectos electrónicos y una nueva personalidad musical que en el transcurso del tiempo le permitió consolidarse como uno de los grupos latinoamericanos más importantes de los últimos años en el mundo.
¿Cuál ha sido la principal motivación para organizar el concierto del 17 de diciembre en La Paz?
Hugo Gutiérrez (HG).- Tocar en el Teatro al Aire Libre de La Paz es como tocar en uno de los teatros de Grecia, pero aquí se puede sentir la energía del púbico boliviano. También quisimos presentar nuestro nuevo disco que aún no tiene nombre pero tiene 12 canciones de ritmos variados como acostumbra grabar Kalamarka.
Rodolfo Choque (RCH).- Estamos contentos de encontrarnos con nuestro pueblo después de un año y algo más con el estreno del nuevo trabajo que contiene canciones que ya hemos venido trabajando desde hace unos cuatro años y como acostumbramos en la composición, los arreglos, la orquestación, además siempre es un nuevo desafío tocar en La Paz con nuestro público para que juzgue nuestra propuesta.
¿Sienten el llamado de la Pachamama para retornar a Bolivia?
HG.- Kalamarka siente el llamado de la Pachamama, el llamado de la tierra, porque luego de estar en diferentes lugares del mundo, como este año en Estados Unidos y Canadá, podemos asegurar que el público boliviano nos ofrece esa energía que no la encontramos en otros escenarios. La Pachamama está en cada uno de los bolivianos.
RCH.- Es el llamado de la Pachamama, pero también es la oportunidad para que nuestro pueblo pueda juzgar nuestro nuevo disco, porque podemos ir a cualquier escenario del exterior y podemos mostrar cualquier cosa, pero aquí el público boliviano es el que nos va calificar y el que nos da más ideas. Hacer arte para nosotros es como una resistencia musical con la que pretendemos la igualdad entre los pueblos, esa es nuestra parte social que hemos logrado con nuestras composiciones.
¿Cómo es actualmente aceptado el folklore boliviano en Europa?
HG.- Ha sido un trabajo de perseverancia, hemos tenido la suerte de llegar a los escenarios de Francia y Alemania hace unos 26 años. Ahora es más complicado porque existen normas que obligan a los medios de comunicación europeos a tener prioridad con la música de su país principalmente. Pero nosotros los Kalamarka tenemos acceso a varios canales de televisión de Inglaterra donde podemos pasar nuestra música.
¿Cuál ha sido el aporte con su arte al pueblo boliviano en estas más de dos décadas?
RCH.- Creo que los bolivianos ya no tenemos que quejarnos ni pedir limosnas, nos han hecho creer erróneamente esa ideología de que somos retrasados por no tener una salida al mar y eso es falso. Ya hemos unificado a nuestro país, hemos exportado más allá de nuestras fronteras todo este trabajo artístico hemos creado un nexo, ahora lo que falta son los tratados internacionales, es decir la negociación política, pero con la música ya lo hemos hecho.
¿Qué nos pueden decir del nuevo disco?
HG.- El disco tiene 12 canciones nuevas y nos hemos dado la satisfacción esta vez de que la mayor parte ha sido grabado aquí en Bolivia, sólo se ha hecho la ecualización en el exterior. Lo interesante fue que participaron los constructores de instrumentos porque pudimos pedir para cada tema distintos charangos, por ejemplo, que provinieron de Aiquile en Cochabamba y zampoñas hechas en Walata.
RCH.- La producción musical que será puesta en consideración será estrenada este 17 de diciembre en el Teatro Al Aire Libre junto al ballet de Adaf y una orqueasta de cámara con músicos de la Sinfónica Nacional. Serán tres horas con más de 32 canciones y entre ellas nuestras nuevas composiciones. Por lo que invitamos a nuestro público porque gracias a nuestra experiencia podemos ofrecer un gran espectáculo. Un nuevo disco es como una nueva “wawa” o criatura que hay que cuidarlo pero que tiene la inspiración del pueblo boliviano.
¿Qué sienten el estar tocando por más de 25 años?
RCH.- Son 28 años que estamos viajando y hemos tocado en varios escenarios estuvimos también en el norte de Chile donde ya están predispuestos a escucharnos y bailar nuestros ritmos por lo que ahora es tarea de los políticos lograr convenios para defender nuestro folklore al igual que en otros países del mundo. En nuestro país ya hemos unificado a nuestros pueblos porque ahora todos “se bailan su tinku, morenada, caporal u pujllay”, y esa es una forma de identidad cultural. Lo que hace falta es descolonizarnos mentalmente y lograr nuestra unidad en la diversidad es una tarea pendiente de los gobernantes y políticos.
Erbol
Por Edwin Conde Villarreal


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