Salud. Un equipo de 20 profesionales médicos, a la cabeza de Arturo Barrientos, se prepara para realizar en cualquier momento la cirugía
Indira Soruco ya tiene 16 años. Cuando apenas cumplió uno fue sometida a un trasplante hepático, el primero que se hizo en Santa Cruz y el más complicado de todos en el mundo. Desde entonces, 11 de septiembre de 1996, la ciencia y la tecnología en la región se han desarrollado tanto que ya hay especialistas que están trabajando para afrontar un nuevo desa-fío: un trasplante de corazón.
Así lo revela el cirujano cardiovascular Arturo Barrientos al destacar la existencia de tecnología de punta que permitirá concretar este sueño. Por ejemplo, cita un equipo en la clínica Incor que permite hacer la hemodinamia para las biopsias, que son fundamentales en el caso de personas que puedan recibir un trasplante de corazón en el futuro. El seguimiento al paciente con este equipo da un diagnóstico temprano sobre cualquier rechazo al órgano a fin de evitar que el trasplante fracase.
Hoy existen tres equipos médicos de trasplantes en Santa Cruz: en las clínicas Incor y Foianini, y en la Caja Petrolera. Pero hasta ahora la mayor parte de los trasplantes han sido de riñón y en un mínimo porcentaje de hígado, por ser más complicado.
Barrientos, que trabaja con los equipos de la Foianini y la Caja Petrolera, asegura que “tenemos la experiencia de los médicos, el material y los equipos de última generación para controlar este tipo de pacientes y, finalmente, existe la medicación necesaria, sin ninguna restricción” para hacer un trasplante de corazón.
Según el profesional, que aprendió sobre esta terapia en Brasil, en Santa Cruz existe mucha gente que requiere un trasplante, sobre todo a causa del mal de Chagas que afecta al corazón. Según datos del Servicio Departamental de Salud (Sedes), se estima que un 45% de la gente en Santa Cruz ha tenido contacto con la vinchuca (portadora del chagas); sin embargo, el 10% de ese portacentaje puede desarrollar problemas cardiacos, el crecimiento excesivo del colon o el esófago.
“Hay muchos pacientes que se los trata hasta sus últimos días con medicamentos, pero no tienen calidad de vida, dan dos pasos y se ahogan. El trasplante no es algo imposible”, asegura Barrientos.
Con ese propósito ya está trabajando con un equipo de 20 profesionales. “Estamos en la fase de madurar más la idea, de comenzar a hacer (los trasplantes), tenemos pacientes en lista de espera. Estamos haciéndolo con calma para no cometer ningún error que dañe una vida. Esto puede darse en cualquier momento, no hay fecha, pero se tiene todo. Solo hay que ver el mejor momento, tener al donador ideal y al receptor bien estudiado”, explica.
El objetivo es crear un programa que no solo contemple el trasplante, sino también el seguimiento al paciente. Su costo estaría entre lo que cuesta un trasplante de riñón (cerca de $us 15.000) y uno de hígado (unos $us 25.000).
Pero gran parte de este avance en trasplantes ha sido casi a ‘puro pulmón’. Dolly Montaño, coordinadora regional de trasplantes de órganos, células y tejidos del Sedes, reconoce que “los profesionales se han formado por cuenta propia, con su plata, pues el Estado no lo hace”. Hoy, los trasplantes se concentran en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, por lo que Montaño espera que el Gobierno impulse esta actividad en el resto del país.
Pese a que en La Paz se hizo el primer trasplante en Bolivia, en 1979, Santa Cruz ahora es líder en este tema. Se han logrado consolidar tres equipos médicos de trasplante, cada con 20 a 30 médicos.
Según Montaño, el año pasado se hicieron 18 trasplantes de riñón con donantes cadavéricos y cerca de 10 con donantes vivos. Se perdieron cuatro donantes por diferentes causas, por ejemplo, uno tenía VIH y otro, hepatitis B.
Adicionalmente, el marco legal en el país se ha ampliado. En diciembre de 2011 se aprobó el Decreto Supremo 1115 que, al margen de reglamentar la donación y los trasplantes, aumentó de cinco a 13 los órganos que podrán trasplantarse. Montaño explica, por ejemplo, que una vez que se apruebe el protocolo para el trasplante de córnea se podrán utilizar córneas de bolivianos, ya que hasta ahora se usa órganos importados.
Los trasplantes son un buen síntoma en salud, pero aún se está lejos de países vecinos. Aunque Bolivia empezó casi al mismo tiempo que Chile a trasplantar hígado, allí ya superan los 2.000 porque son cubiertos por los seguros privados y estatales, y en Santa Cruz no llega ni a la decena, por el costo que representan.
Apoyo a pacientes
El responsable del Programa Nacional de Salud Renal del ministerio del área, Olker Calla, considera que Bolivia y en particular Santa Cruz ha avanzado mucho en trasplantes y que los acuerdos internacionales permitirán impulsar más esta actividad.
Según Calla, el Sistema Único de Salud que pretende crear el Gobierno puede incluir los trasplantes en la atención gratuita. Mientras eso ocurra, este año se ha destinado Bs 600.000 para cubrir cerca de 30 trasplantes de gente de escasos recursos y sin seguro.
Según Calla, también se está trabajando en la capacitación de un equipo de médicos para impulsar un programa de trasplantes de córnea y médula ósea. Solo en La Paz hay más de 60 pacientes a la espera de una córnea nueva.
PARA SABER
- Decreto. Los órganos que pueden ser donados en vida son: riñón, lóbulo hepático, médula ósea, células madre, intestino parcial y piel. En donantes cadavéricos: riñón, hígado, corazón y válvulas cardíacas, intestino, páncreas o islotes pancreáticos, pulmón, piel, córneas, elementos del sistema osteomuscular, piezas dentarias y vasos sanguíneos.
- Norma. Esta lista se irá actualizando de acuerdo con los avances científicos.
Hacen la cirugía más difícil
El trasplante de hígado es, técnicamente, el más difícil en el mundo, incluso más que el de corazón. Aun así, el equipo de médicos de la clínica Incor, con apoyo de los médicos Stephen Dunn y Warren R. Maley, ha logrado hacer ocho de estas cirugías con éxito, al margen de las 400 de riñón.
Es la intervención más complicada porque se manejan vasos sanguíneos de diámetros muy reducidos cuando se trata de niños, al punto que se tienen que utilizar lupas con focos especiales. La dificultad también está en el manejo de pacientes severamente enfermos que, por lo general, tienen problemas adicionales como respiratorios y nutricionales.
El equipo del médico Herland Vaca Díez, que está dirigido hoy por el cirujano Freddy Gutiérrez, inició su trabajo hace más de 20 años, dejó de hacerlo por una década debido al costo económico que les representaba, pero hoy retomó esta labor con mucho entusiasmo, según Gutiérrez. Pese a que el paciente paga entre $us 20.000 y $us 25.000, gran parte de los honorarios médicos, además del “alojamiento y las atenciones al equipo de Dunn, son cubierto por nosotros”, dice.
“Si no hubiésemos comenzado en Bolivia a hacer trasplantes de riñón y algunos de hígado, la tecnología, los laboratorios, los insumos y los conocimientos de los médicos estarían al nivel de una medicina arcaica”.
Gutiérrez lamentó que el Gobierno no apoye estas iniciativas como sucede en otros países como Chile, donde a cada equipo el Estado le dio $us 1 millón para que se capacite.
El nefrólogo Herman Peinado trabaja en los equipos de la clínica Foianini y de la Caja Petrolera, que están especializados en trasplante renal. Se han logrado consolidar ambos equipos de 10 médicos cada uno y hasta ahora hicieron 140 trasplantes. “Lo que se necesita es capacidad, práctica, porque en tecnología estamos preparados”, asegura.
Según Peinado, la diabetes que afecta a 10 de cada 100 pobladores en Santa Cruz es la principal causa de la insuficiencia renal. Le sigue la hipertension arterial.
La solución para muchos es el trasplante, pero el principal obstáculo, dice Peinado, es la falta de donantes.
«Es como construir una casa»
Stephen Dunn / Médico estadounidense
-Desde que llegó a Bolivia por primera vez (1996) hasta hoy, ¿vio cambios en el tema de trasplantes?
- He visto con toda claridad que la medicina ha mejorado mucho, el equipamiento es muy bueno, los recursos humanos están mucho mejor preparados para atender a pacientes más graves. Los insumos y el material también han avanzado. Pienso que hasta la economía del pueblo ha mejorado para afrontar este tipo de intervenciones.
-¿Cómo ve el futuro?
- Esto es como construir una casa, hay que colocar ladrillo por ladrillo, y veo que vamos por el buen camino, en un futuro los médicos de Santa Cruz podrían estar haciendo solos este trabajo. No se sabe cuánto va a durar este proceso, pero ya empezó con el hecho de crear un grupo capaz de hacerse cargo de los trasplantes en el futuro.
-¿Qué le faltaría a Bolivia para avanzar en esto?
- Hay que trabajar más en los donantes cadavéricos.
-Usted se convirtió en un ícono en Bolivia.
- Estoy feliz de ayudar a los equipos bolivianos en hacer realidad proyectos como este, pero no espero ser un ícono, sino un médico con mucha solidaridad humana.
DOS REALIDADES Y UNA ESPERANZA
Natalia Azogue. Es hija de una pareja de veterinarios. Su padre, José Ernesto, le donó parte de su hígado el viernes 20 de enero y ese mismo día se le trasplantó en una operación de casi nueve horas en la clínica Incor. El equipo de médicos bolivianos y estadounidenses dijeron que el hígado de Natalia empezó a funcionar desde el primer momento. Su papá ya fue dado de alta y Natalia sigue recuperándose en compañía de su mamá, Mary Leny Serrate. “Los médicos son ángeles, bondadosos, apasionados y con mucho calor humano”, dijo José Ernesto y confesó que en un inicio sintió temor al tener que ser donante, pero después puso toda su fe en Dios.
En lista de espera. Aunque existen 56 pacientes esperando por un trasplante, Carlos Humberto, de 36 años, (primero de la der.) y el pastor Juan Carlos Barbery (extremo der.), de 61 años, necesitan con urgencia hígado de donantes cadavéricos (con muerte cerebral). El primero es ARH (+), pero también es compatible con ORH (+) y el segundo es ORH (+). Carlos Humberto sufre de cirrosis biliar secundaria (comunicarse al celular 750-20892) y el pastor Barbery de una cirrosis fuerte (llamar al 790-32514).
El Deber
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